'Identidad Y Pluralismo:¿Es Posible Construir Identidad En Una Comunidad Plural?' Pt. 2

Posted by Tomás 519 | Posted in , , , , , | Posted on sábado, octubre 10, 2009

Parte Uno Aquí

III.La religión como elemento de unificación social
Una religión es un elemento humano compuesto de distintas prácticas y creencias de tipo existencial y moral, que tiene como mayor objetivo el otorgar sentido a la vida del creyente por medio de la fe en un poder altísimo, dios, dioses o una verdad absoluta. Desde sus orígenes, la religión ha sido un componente fundamental en la historia de la humanidad, no solo por su carácter ideológico individual, sino también por su influencia en el comportamiento colectivo del hombre. Por cientos de años la historia moderna ha sido definida por la perspectiva de la sociedad frente a la religión; de esta manera podemos distinguir claramente el teocentrismo de la Edad Media con el antropocentrismo de la Edad Moderna. En esta última época, el enfoque filosófico respecto a la religiosidad deja de considerarla un fenómeno pasajero lleno de supersticiones para más bien comprenderla como un aspecto casi imprescindible de organización social.

Ludwig Feuerbach , en su obra La Esencia del Cristianismo, se refiere a la religión cristiana desde el punto de vista sociológico, y afirma que el credo es una forma de alienación de las capacidades humanas. Es decir, para Feuerbach, la religión fomenta una restricción de las personalidades particulares de las personas y por ende una anulación del libre albedrío del individuo. Si bien el fenómeno de alienación puede considerarse cierto, este no necesariamente debe implicar una connotación negativa o un impedimento para el normal funcionamiento del grupo humano. Por el contrario, la influencia de la religión sobre la sociedad debe funcionar como instrumento de aminoramiento de las cualidades negativas y potenciamiento de los valores de cada ser humano, de tal manera que en conjunto manifiesten características en común que los distingan de otros grupos sociales.

Actualmente, aun cuando el panorama actual de la religión contrasta marcadamente con la proyección de Nietzsche sobre “la muerte de Dios” y el declive de la religión a partir del siglo XIX, la fe está paulatinamente adoptando un rol secundario en las sociedades occidentales, proceso atribuible al desarrollo de la ciencia, la creciente tendencia a la separación Iglesia-Estado y el impulso de corrientes filosóficas como el existencialismo, el nihilismo y el objetivismo. Hoy en día la vida social y política de la mayoría de los países de occidente se desarrolla en un ambiente prácticamente exento de religiosidad.

Pero así como la religión puede funcionar como elemento de unificación y conexión, también se podría considerar como un poder usado por grandes civilizaciones o imperios para poner bajo sumisión y un mismo emblema a un grupo de un nivel inferior de desarrollo o capacidad de resistencia cultural, como lo fue la evangelización a otros pueblos por parte de imperios europeos, por ejemplo. Por este mismo motivo, el filósofo católico Jacques Maritain expresaba que cualquier intento de revivir un Estado cristiano por medio de imposiciones externas y con discriminación social o política en favor de la Iglesia estaba destinado al fracaso.



IV.Las manifestaciones culturales del siglo XXI
En la constante búsqueda por rescatar algo de identidad cultural en un país, usualmente suele recurrirse a elementos de carácter histórico y tradicional para buscar respuesta a este problema, tales como los bailes típicos, costumbres, expresiones artísticas, en fin, toda manifestación que conforme el folclore de una determinada cultura. No obstante, en un país tan extenso y diverso como Chile, ni siquiera es posible hallar identidad por medio del folclore, pues el arte tradicional difiere de región en región, de tal forma que la tradición cultural entre poblados del norte, centro y sur del país presenta grandes diferencias. Como si esto no fuera suficiente, hoy en día existe un profundo desinterés por conocer estas prácticas ancestrales, mucho menos por rescatarlas y adaptarlas a nuestra sociedad actual, de manera que construir identidad en nuestra sociedad por medio de las costumbres pasadas parece algo imposible.

En este sentido, parece ser innecesario el limitarse al arte ancestral para construir una verdadera identidad cultural. El cuerpo de expresión de una cultura debe modificarse con el paso del tiempo de tal manera que no se vuelva algo tan lejano que apenas cause interés para el pueblo en cuestión. Nuestras tradiciones deben mantenerse vivas, deben conservarse, estudiarse y evitar que se olviden con el pasar de los años, pero no tienen porqué ser elementos claves para construir una sociedad unificada. Hoy en día existen suficientes medios de expresión como para hacer de ellos nuestros verdaderos elementos de unión cultural.

De este modo, es mucho más factible potenciar estos medios más que retomar viejas costumbres. Por ejemplo, actualmente el cine nacional muestra grandes avances, lo que hace innecesario el tener que saturar la oferta televisiva con producciones de carácter extranjero. Si se potenciara efectivamente la industria del cine chileno en lugar de relegarla y considerarla, al igual que muchas otras artes, como asunto carente de importancia, la industria cinematográfica podría transformarse en un verdadero elemento de identidad cultural y nacional. De la misma manera, podemos destacar distintas manifestaciones artísticas, las mas importantes siendo la música, la pintura, la literatura, la poesía, etcétera.

Lo mismo puede aplicarse a otras formas de manifestación artística; con una eficaz gestión del gobierno, y una distinta percepción respecto al arte nacional, podríamos establecer nuevos elementos que nos identifiquen como cultura y como país.

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