Junto con algunos compañeros de mi colegio desarrollamos un trabajo con respecto al pluralismo y la tolerancia, para exponerlo en un encuentro de filosofía, para no ponerlo entero lo iré dejando por partes, porque yo soy choro y tengo care' ratón.

I. Introducción
Una sociedad pluralista se define como aquella en la cual participan distintos grupos sociales organizados, los cuales representan intereses diferentes. Estos grupos colaboran entre sí, estableciendo una relación equilibrada, sin que ninguno ejerza un dominio excesivo sobre otro. De esta forma se construye una colectividad humana tolerante en la cual todos sus integrantes tienen la misma facultad de expresar opinión y vivir la vida entorno a sus propios principios y sueños. La sociedad pluralista se diferencia claramente de la sociedad monista, en la cual no existe posibilidad de debate y expresión, pues la ética es una sola y el código moral es el impuesto por la ley.

No obstante, en un sentido más estricto, el pluralismo se puede manifestar como una forma de desintegración social, de pérdida de valores comunes y de supresión de las normas morales universales e inalterables que han garantizado la seguridad del hombre desde los albores de la humanidad. Esto se explica por la facultad de los distintos grupos sociales de establecer sus propias necesidades, exigencias y aspiraciones, actuando de acuerdo a sus respectivas finalidades. Cada grupo, y dentro de estos, cada individuo, va armando su propio código moral en función de su rol y visión de la sociedad. Como consecuencia de esto, el efecto positivo de una sociedad plural, democrática y libre se ve disminuido por la pérdida de factores en común que permitan establecer puentes entre los distintos grupos humanos.

Sin embargo, aun cuando al establecerse una sociedad pluralista desaparecen ciertos puentes o conexiones entre grupos humanos, a la vez se pueden crear otros nuevos, que unan de alguna forma a la comunidad, tomando sus características, diferencias, formas de vida y elementos en común para conectar y estabilizar su convivencia de manera optima. La tolerancia consiste en la aceptación de distintas ideas, creencias o prácticas diferentes a las propias; representa un valor fundamental en la construcción de una sociedad plural, pues esta conduce a la aceptación entre los distintos grupos humanos y el respeto hacia sus distintas formas de concebir la vida en comunidad. Así lo dice Giovanni Sartori, autor de La Sociedad Multiétnica, cuando establece que “el pluralismo presupone tolerancia, y por consiguiente, el pluralismo intolerante es un falso pluralismo”.

II.Chile como sociedad pluralista
Hoy en día, la realidad de Chile es similar a la de la mayoría de los estados de occidente: vivimos en un pluralismo extremo, lo cual es atribuido esencialmente a la naturaleza democrática de su gobierno, de la misma forma en que las dictaduras se caracterizan principalmente por ser sociedades excesivamente monistas. El pluralismo en Chile no puede ser explicado por otra circunstancia más que por un creciente proceso de liberación cultural, cuyos inicios datan del fin del yugo español , y que fue impulsado por las subsecuentes reformas legislativas que motivaron un fenómeno paulatino de individualización de la moral.

Chile es un país de libertades sociales, económicas y políticas, al más puro estilo estadounidense, mientras que al mismo tiempo su identidad cultural sucumbe progresivamente ante la influencia occidental, el olvido de los pueblos originarios y, por sobre todo, la naturaleza pluralista y variada de su sociedad. La interrogante pasa a ser entonces: ¿qué elementos podemos rescatar como sociedad para mantener nuestra identidad cultural?

Por lo general, la respuesta más obvia a esta interrogante consiste en rescatar la cultura originaria de nuestra Latinoamérica, nación, región o ciudad, tomando la historia de los variados sectores del país. Si nos enfocamos en Chile, podemos apreciar un país en el cual existen o existieron variadas culturas que se han visto modificadas con el pasar del tiempo, la absorción de elementos externos y el olvido de la gente. Para sacar de la perdición histórica a estas realidades culturales se necesita reconocer su importancia y su calidad de padres de nuestra cultura esencial, enseñar a las generaciones y al pueblo la identidad y vida de estas para que se tenga en cuenta lo que fue antes su tierra. Obviamente todo este proceso de rescate no busca poner término a las relaciones con otras diversidades culturales, más bien es levantar de la omisión lo nativo y a la vez mostrarlo a las nuevas comunidades que se anexan a un lugar.

Pero quizás es estimable también el buscar otras respuestas a este gran problema social. En el siguiente ensayo se abordará esta interrogante desde dos elementos sumamente importantes y generalmente obviados al momento de descubrir la identidad cultural de una sociedad: la religión y el arte.