Era un sábado sin olor, en el cual tenía programado hacer nada, quizás algo de televisión, cocinar, dormir, leer, una de esas típicas rutinas de ocio que realizaba cada cierto tiempo.
A eso del mediodía me dedique a ordenar el desparrame de ropa y sabanas que había en mi habitación. Estaba en aquella floja tarea cuando tocaron a la puerta, por un momento pensé en ignorar a quien fuera que fuese y no abrir, pero al final como no tenía nada que hacer me tentó la oportunidad de que algo interesante ocurriese.
Mirada.
- ¿Qué cresta?
Al abrir un tipo entra, me toma por el camisón y me empuja con el lejos de la puerta, atrás ella cierra, y me queda mirando.
-¡¿qué huea te pasa, quien chucha eri’… y que haci’ tú aquí?! – dije paseando mi mirada entre aquel desconocido y ella.
-¡Callate hueón! – dijo el el tipo y me aforro un combo en la cara.
- Tenía ganas de verte, no he dejado de verte en realidad, ni cuando viajo ni cuando gozo en mi cama… pero me hiciste sufrir y todavía me haces mal – dijo ella mirándome como tantas veces lo hizo antes, con ojos de frustración.
Yo no entendía ni carajo que estaba pasando y no sabía que esperar por lo que mi mente estaba procesando lentamente lo que estaba ocurriendo.
- Asique solo quiero terminarlo todo, y que sufras… sufras por mí- mientras terminaba de expulsar aquellas palabras sacaba de su cartera un grueso cuchillo de cocina.
Su compañero al ver esto, quedo igual de descolocado que yo, por lo que aproveche esto y me le tire encima lanzándole un par de golpes al rostro, no surtieron mucho efecto por lo que se zafó de mí y me pego un rodillazo que me dejo sosteniéndome contra una pared.
-¿Qué haces? Esto era solo ayudarte a que te escuchara y que no te ignorara, pero nunca me dijiste de matarlo.
-¿Matarlo? Quiero que pierda, que sufra y se complique su vidita, matarlo no es eso… por lo menos a él- mientras decía esto se acercaba a él y como punto final enterró el filo del cuchillo en el vientre de aquel pobre ingenuo. Cayó. Y yo ahí con una cagada en mi casa sin entender donde empezaba o terminaba.
La miré tratando de articular alguna pregunta exigiendo que me explicara que estaba pasando. Cuando levantó el cuchillo, me miró y dijo:
- me cagaste la vida pero siempre preferiré haberte encontrado y amado.- Acto seguido se clava el arma en su estomago y cae al piso.
Después no se que paso, no atine a nada, no se por qué no llame a alguien o pedí ayuda, lo único que trataba de hacer era entender… Todavía no lo logro hacer.

---> Otra parte de la confusión <---