Tus palabras siempre destilan en lo mismo:
La muerte, el sacrificio, nuestros pecados y su vida eterna,
Nuestra vida eterna.
Sangre corriendo por los gruesos bloques del pasado irreal, nuestra culpa,
Nuestra salvación.
Debemos entregarnos al gran afecto, dejarnos llevar por el desprecio del cuerpo.

Qué hay de ti? Te resguardas tras tu podio cerca del altar,
Te embriagas por cada cuerpo descuartizado, y no veo sacrificio.
Hipocresía embetunada de moralejas y enseñanzas,
Disfrazada de sotana, idealizada a las bajezas.

Que baje el gran dios y te proclame mensajero divino
Para que así puedas morir en la cruz sin opción.
Tus pies descalzos por el monte escupirán, pero la gracia santa te salvará
Así tu cuerpo enterraras salvando tu alma, así veremos la obra de su majestad.

Resguardado baje un ejército de dogmas, lo demás es castigado,
Solo hay tortura primitiva, sexual, privada, sin supuesto valor
Que nos dices del perseguido y negado
Donde quedo tu amor, tu pasión por el frente de batalla,
Los más pobres te esperan, los ciegos siguen cayendo, los enfermos muriendo,
Donde queda su legado si los relatores fantasiosos mueren bajo techos de oro,
Donde queda la solidaridad perpetua si hay temor a la verdad.

Que baje el gran dios y te proclame mensajero divino
Para que así puedas morir en la cruz sin opción.
Tus pies descalzos por el monte escupirán, pero la gracia santa te salvará
Así tu cuerpo enterraras salvando tu alma, así veremos la obra de su majestad.

Entrenas, nos entrenas, aprendes, olvidas.
Ambos queremos tierra, ambos queremos carne y sangre,
Si no nos entregas tus palmas para mutilarlas acepta tus mentiras

Que baje el gran dios y te proclame mensajero divino
Para que así puedas morir en la cruz sin opción.
Tus pies descalzos por el monte escupirán, pero la gracia santa te salvará
Así tu cuerpo enterraras salvando tu alma, así veremos la obra de su majestad.
Si no nos entregas tus palmas para mutilarlas acepta tus mentiras,
Si no te entregas al sufrimiento acepta que no eres más que.