No somos estúpidos, solo estamos vestidos de ignorantes a la fuerza obligados por la mayoría de los marcados por la indiferencia.

A quien le importa si olvidan que torturaron al amanecer, cambio y fuera, reversa, castigo y precios invisibles, sin estigma de verse perecer.

Estudiantes de la farándula, criatura transformadora, no leen los misterios del pasado, aquel que desapareció, murió, compro, violo. Reversa no, a la mierda sí.

No había más salida, podridos esquemas que abundaban dejaban sin esperanza a la bazofia mental que se adaptaba. ¿Qué más esperaban? si los crían como engendros sutilmente adaptados a robar, mentir e ingerir pedazos de almas sin poder.

Años de incumplimientos, vendrán cuantos más. Volaran casas y edificios de bebés encariñados, angustiados. Volaran litros de gasolina robada ardiendo hacia la ventana del guanaco. Encontraran culpables a ciudadanos dispuestos a dar vuelta la página, mira que el mago no importa cuando lo dejan debajo de la mesa, importa si a su jefe le conviene tener soldaditos pederastas gobernando por ahí y ganancias escondidas por allá.

La huea anterior no es mejor, va a mejorar, se van a estresar. Cansados del odio de la democracia, vengaran la muerte de los días en sus casitas adornadas.

Puta la madre de los caminos, que por ahí y por acá nos siguen cagando igual. Tu culpa apática, inconsecuente, no salva ni a tus hijos podridos en la coca y los bailes. Estoy arto de ser irreverente para que entiendas que la vida no depende de ellos.

Cultura or die.